jueves, 3 de septiembre de 2009
Bailando cuentos
Bailando cuentosTexto: Marina Gil
El espectáculo no va a tardar en empezar, y el público como si de una verdadera aventura se tratase, se abrocha el cinturón para emprender el viaje. No es difícil imaginarse al niño con los ojos abiertos como platos, preparado en el asiento para planear por los submundos, para él reales, de la imaginación y la fantasía. Este género, la danza infantil, propone un mundo paralelo en el que lo ilógico puede ganar terreno a la razón, y en el que los niños hechizados disfrutan por unos momentos del placer de ser eso mismo: niños. El escenario gracias a ellos se convierte en un espacio de juego y entretenimiento donde ellos son los protagonistas y su imaginación, la clave para desentrañar los elementos de la historia.
Hasta ahora el teatro había encabezado las iniciativas orientadas al juego y al entretenimiento del niño. Ahora también la danza se une a la carrera y despliega sus encantos envolviéndole en un clima fantástico de imágenes y sensaciones. La danza infantil es un género que todavía se encuentra en pleno crecimiento. En los últimos años algunas compañías de danza contemporánea han dado el salto a este nuevo reto. El resultado no podía ser más gratificante para los profesionales que se embarcaron ilusionados en estos proyectos con el objetivo de rescatar el lado más inocente de la danza. Polvo de hadas y niños a volarLa danza infantil es un medio para preservar aquello que con la edad va desapareciendo. La danza potencia su imaginación, su capacidad de juego y, sobre todo, su participación en actividades culturales. El niño es un haz de pulsiones dominado por el juego y la espontaneidad que se mueve por estímulo-respuesta y no atiende a justificaciones dadas. Todo, el juego, el ritmo, la música y más que nada el humor y la presencia de atmósferas irreales y fantásticas, es un placer para sus sentidos. Toda una fiesta. “Los niños no justifican las cosas tal y como lo hace el adulto. Ellos se sientan en la butaca y no reflexionan sobre lo que ven. Son libres de crearse sus historias. Para ellos no existen barreras. Están abiertos a todo. El adulto, sin embargo, sí está sujeto a un por qué y para él es más importante entender, imponer la lógica de las cosas que relajarse y disfrutar. El adulto se aleja del universo del niño” explica Yoshua Cienfuegos, uno de los precursores de este género en Valencia. La compañía Cienfuegos vio desde un principio la posibilidad de abordar este nuevo género. No dejaron pasar la oportunidad de investigar algo tan interesante y arriesgaron. La primera propuesta, El barón de Munchausen, fue todo un éxito. Los niños tenían un nuevo aliado en el fascinante mundo de los sueños. “Nosotros les mostramos un mundo irreal en el que un objeto puede realizar la función de otro bien distinto. Cambiamos los parámetros y ellos no los asimilan como algo extraño o surrealista, todo lo contrario. La imaginación juega un papel esencial también en nuestra última producción, La Cerillera. El niño entiende por donde va conducida la historia pero se crea su propio argumento. Se lleva su historia, que para nada tiene que coincidir con la que nosotros le planteamos” añade Yoshua Cienfuegos.La danza antes que el verboLa compañía Nats Nens, la vertiente infantil de la barcelonesa Nats Nus de Toni Mira, también dio el salto a este género hace casi nueve años. “El niño conectó con nosotros desde el primer espectáculo, Caixes. Su reacción fue un gran regalo para nosotros” dice Claudia Moreso, su directora artística. “La danza es una forma de expresión a través de la cual podemos explicar historias y situaciones. El niño es potencialmente físico y antes de dominar el verbo habla a través de sus gestos y los movimientos de su cuerpo”. Conquistar al niño no es una tarea sencilla. El trabajo de los profesionales es tan duro como el de una producción de adultos. “No tiene ninguna diferencia. Sigue la misma preproducción. Sólo cambian los códigos que se utilizan y los métodos de expresión. Sí es cierto que se trabaja de otra manera porque la energía de cara a los adultos es más íntima. Con el niño estás continuamente proyectando. Se trabaja hacia el exterior”, dice Yoshua Cienfuegos. “Se trabajan conceptos más claros, más sencillos. El trabajo físico es el mismo, tal vez algo más duro, pero la dosificación de la energía es más complicada”. Nuestro futuroLos proyectos de danza infantil requieren grandes reflexiones. Sobre todo si plantean temas delicados, por eso a veces los directores piden consejo a especialistas. Es esencial la elección de la música porque con ella el niño percibe muchas emociones, pero también la preparación de los bailarines, la iluminación, el vestuario y en general prestar atención como dice Yoshua “a los detalles, al cuidado de las cosas”. Hay que tener en cuenta diferentes cuestiones para realizar un proyecto digno y que cubra las exigencias del niño porque “es nuestro futuro público” comenta Asun Noales de la compañía Patas Arriba. “Si le acercamos a la danza desde pequeño la verá como algo familiar y no como algo incomprensible. Con este tipo de espectáculos estamos educando la sensibilidad de muchos niños que podrán ser público asiduo a los teatros”. Algunas compañías crean sus propias historias de movimiento y dejan de lado los proyectos de argumentos más populares o conocidos. “Mis espectáculos suelen ser muy abstractos. Tenemos una idea y durante los ensayos vamos estructurándola poco a poco. El guión del espectáculo está completamente abierto por lo que cada niño te puede dar una versión distinta de lo que ha visto. Nunca he trabajado con historias conocidas por que me condicionarían demasiado, aunque nunca se sabe” concluye Claudia de Nats Nens. Asun Noales dice: “Nuestro espectáculo Storyboard es como un tebeo. Saltamos de una historia a otra aunque todas tienen un punto de enlace. Jugamos con el lado más abstracto. Podemos conquistar al niño contándole una historia famosa, pero también de otras muchas formas. Sí es verdad que utilizamos personajes de cuentos que ellos reconocen, pero también les invitamos a dar un paseo por escenas cotidianas como poner la mesa”. El mago de Oz, Frankenstein, Peter Pan, o Soñando Alicia son propuestas de la veterana Ananda Dansa, compañía valenciana que lleva muchos años presentando a su público los personajes de la literatura infantil. Los éxitos en el currículo de esta compañía de danza han sido más que notables. Sus propuestas han ayudado a este nuevo género todavía hoy en tímida evolución. Danza y...En el arranque de un proyecto de danza infantil la compañía Cienfuegos intenta interrelacionar elementos, buscar posibles vínculos entre la danza y otras disciplinas. “Utilizamos recursos teatrales pero no en beneficio del discurso dramático. Sí para la acción. Trabajamos la teatralidad del gesto como una manera de reforzar lo que sucede. No va enfocado a que el niño entienda porque intentamos explicar con el cuerpo. Mezclamos el discurso coreográfico con recursos teatrales, pero lo más importante es la danza” explica Yoshua.Es posible que no todos los bailarines tengan ese ángel necesario para captar la atención de los niños. “Tiene que ser una persona expresiva y que tenga capacidad de hacerse cómplice del niño. Tiene que ser un bailarín que rompa la barrera entre escenario y platea” explica Claudia. Asun Noales apunta, sin embargo, que cualquier bailarín que sea un buen profesional puede estar capacitado para hacer un espectáculo para niños, aunque en la danza infantil el bailarín tenga que trabajar un poco más la parte actoral. Yoshua Cienfuegos sigue por esta línea y señala: “el bailarín tiene que ser lo más dúctil posible. Cada uno tiene su diálogo, su material coreográfico. Tampoco creo que existan bailarines para todo, pero sí que es algo más relacionado con el profesional que con la persona”.
Parece que la danza infantil se abre un camino cuanto menos interesante en el terreno cultural. Asun considera que este tipo de espectáculos tienen mucha salida y que, incluso, muchas compañías empiezan o ya han encontrado el filón comercial en este género. “La danza infantil te permite entrar en otros circuitos, en otros puntos de venta. También es cierto que el espectáculo para niños está un poco más desarrollado en el terreno teatral que en la danza, pero se abre camino” dice Yoshua. Claudia Moreso al igual que Asun y Yoshua reivindican el hecho de que más producción de este género contribuiría a que la danza se viera como una opción normalizada de ocio para este público, por lo menos en el futuro. Estas alternativas o posibilidades creativas favorecen una relación entre el lenguaje de la danza y el niño. El mensaje que transmiten es un intento de aproximarse a una realidad contigua a la nuestra, mágica, quimérica, extraordinaria. Las ilusiones del niño se incrementan, florecen por unos instantes. La danza entonces deja de hacerse mayor. Ya no es un argumento, un porqué, una lógica sino más bien como dice Asun “una nueva forma de sentir la realidad”. No es extraño que, consciente el profesional de lo que tiene de especial este género, se aproxime a él sintiéndose durante unos momentos feliz de regresar a la infancia.
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